El 2020 fue un año de extrema complejidad para la producción de arándanos en Tucumán. Entre cambios inéditos en la logística de exportación y caídas en las ventas internacionales, el sector sintió de cerca los efectos económicos de la pandemia. ¿La buena noticia? La demanda local del fruto creció de forma considerable. Ahora bien, aunque faltan varios meses para el inicio de la campaña, el 2021 augura otra temporada espinosa. “Ya sabemos de numerosos productores que no estarán en la próxima campaña por falta de competitividad”, anticipó Francisco Estrada, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán (Apratuc).
La producción local de arándanos está concentrada entre octubre y noviembre. Como referencia, en 2019 la provincia exportó 4.970 toneladas de fresco y 2.560 de congelados. Según el último informe del Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP), basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los números representaron el anteaño pasado un poco más de U$S 21,2 millones (FOB) y tuvieron una participación de 2,23% entre los principales productos tucumanos.
Comparadas con 2018, las cifras ya habían representado caídas cercanas al 20% en la exportación de frutos frescos. Ahora, según los relevamientos más recientes de Apratuc, el descenso entre 2019 y 2020 rondó el 25%: se exportaron entre 3.500 y 3.800 toneladas el último año.
“Fue un período muy seco y mermó la cantidad de kilos cosechados. También influyeron los cambios en la logística para mantener los estándares de calidad”, explicó Estrada a LA GACETA. Además, los lockdowns en varios destinos de exportación -como Estados Unidos, la Unión Europea o Canadá- repercutieron “con fuerza” en el final de la campaña. Los precios, a su vez, fueron “algo menores” que en 2019.
Sin el aeropuerto local
Una de las mayores particularidades de 2020 fue que el arándano tucumano no se exportó por medio del aeropuerto internacional Benjamín Matienzo. “Es casi la primera vez en nuestra historia que los frutos no salen en vuelos charter. Como los vuelos comerciales dejaron de operar, la demanda de los aviones cargueros se incrementó como nunca y los precios se fueron a las nubes. La vía no resultaba competitiva”, dijo el titular de Apratuc.
¿Cuáles fueron las opciones? Una parte de las cargas fueron por Ezeiza y la otra, la mayoría, por medio de puertos chilenos. “Para llegar a Estados Unidos, los contenedores fueron a Valparaíso. Lo bueno es que, por allí, el viaje se acortó una semana. Es un puerto de aguas profundas bastante seguro y conveniente”, ponderó el empresario.
De acuerdo a datos privados, en la última campaña los valores de las cargas áreas para la actividad han sido casi tres veces más elevados que en la de 2019. Así, la tarifa a Miami de aquel año se ubicó en U$S 1,55 por kilo bruto y, ya con la pandemia, ascendió a U$S 2,50 en octubre de 2020.
Los productores tucumanos aún desconocen si en la campaña 2021 aplicarán la misma estrategia. Sin embargo, la información que Estrada ya posee es que seguramente este año habrá menos oferta. “Muchos lamentablemente cerrarán. Hay demasiada incertidumbre por la pandemia y el contexto no ayuda. El país no es muy competitivo”, se lamentó. Si bien es pronto para afirmarlo con certeza, estimó que este año habrá menos hectáreas cultivadas con arándanos (Tucumán, Catamarca y Salta suman el 40% de la producción nacional).
Uno de los puntos positivos en medio de la crisis es que el consumo local de blueberry se ha incrementado. “El aumento de la demanda fue importante, tanto de los frutos frescos como los congelados. Se vio en las calles y en los supermercados. La gente cada vez descubre más esta excelente opción de consumo. Quizá responda a un cambio de hábitos por la pandemia”, analizó el empresario tucumano.
Ya en octubre, la tendencia quedó demostrada con el éxito que tuvo la “semana del arándano”, una campaña de promoción que llevó adelante Apratuc con el fin de entusiasmar a los consumidores locales.
Complejidades laborales
Se calcula que, durante los meses de mayor actividad, el sector de los arándanos llega a emplear a 15.000 personas en Tucumán.
Uno de los reclamos constantes de productores y empaquetadores es que los planes sociales entran en conflicto con el empleo registrado. “Se mantiene una situación de irregularidad difícil de quebrar porque los planes chocan con el trabajo formal. Lo que pedimos es la compatibilidad de ambos, porque muchos trabajadores optan por cumplir sus tareas de forma no registrada. Se complica el desarrollo de la cosecha”, expuso Estrada.
Según el referente, ya han planteado el tema a las autoridades en reiteradas oportunidades. “Los planes ayudan, pero no son una solución económica”, calificó.
3.700
Toneladas de fruta fresca (apróx.) fueron al exterior en 2020, frente a las 4.970 de 2019.